Fue un acuerdo entre el General Juan Galo de Lavalle y el Comandante General de Campaña Don Juan Manuel de Rosas, es considerado el acontecimiento histórico más relevante ocurrido en Cañuelas. Ese mismo día nació accidentalmente el dulce de leche. 

El pacto se firmó en la Estancia “La Caledonia”, fue decisivo para el rumbo político de la Provincia de Buenos Aires en las décadas siguientes, y se lo ubica a la altura de otros pactos fundacionales como el Tratado del Pilar de 1820.

De acuerdo con el mito, una criada de Rosas estaba preparando una lechada (leche azucarada caliente) cuando, al encontrar al General Lavalle dormido en el catre del Restaurador, salió corriendo espantada y olvidó la olla en el fuego. 
Al regresar, la mezcla se había transformado en una pasta espesa y deliciosa: el dulce de leche.

Inspirado en esta tradición, el Concejo Deliberante estableció mediante la Ordenanza 1154/96 al 24 de junio como el “Día del Dulce de Leche”.

Existen fundamentos históricos concretos que avalan a Cañuelas como Cuna del Dulce de Leche. 
En 1889, en la localidad de Vicente Casares, comenzó a funcionar la fábrica La Martona, propiedad de Vicente Lorenzo Casares, que fue la primera en producir industrialmente el dulce de leche en la Argentina. 
Este hecho marcó el nacimiento de la industria lechera nacional, y vinculó definitivamente a Cañuelas con esa identidad productiva.

El valor simbólico y cultural del dulce de leche fue reconocido a nivel nacional cuando la Secretaría de Cultura de la Nación lo declaró Patrimonio Cultural, Alimentario y Gastronómico Argentino, junto al asado, la empanada, el vino Malbec, el mate y la yerba mate.