Este lunes 24 de marzo habrá movilizaciones con un acto central que tendrá lugar 16.30 horas en Plaza de Mayo con la lectura del documento consensuado en las voces de Estela de Carlotto, Taty Almeida y Adolfo Pérez Esquivel.
El 24 de marzo de 1976, mediante un golpe de Estado, las Fuerzas Armadas derrocaban al gobierno constitucional liderado por María Estela Martínez de Perón e instauraban la última dictadura militar en la Argentina del siglo xx.
Hasta el día de hoy, las consecuencias de su régimen siguen marcando a la sociedad argentina.
La junta miltar: Jorge Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera, Orlando Ramón Agosti, Roberto Eduardo Viola, Leopoldo Galtieri, José Alfredo Martínez de Hoz, Jaime Perriaux, entre otros
24 de Marzo: horario y puntos de encuentro de las marchas y discursos
Por un lado, los organismos nucleados en el espacio Memoria, Verdad y Justicia –que incluye a agrupaciones como H.I.J.O.S., el CELS, la APDH y la Liga por los Derechos Humanos– por primera vez luego de 19 años lograron unificar criterios y crearon un documento en conjunto para leer en la jornada.
Por otro lado, acompañarán organizaciones sociales como la UTEP, asociaciones de izquierda como el Partido Obrero, quienes movilizarán desde el Congreso de la Nación y llegará a Plaza de Mayo.
Los organismos prevén que el acto central tenga lugar a las 16.30 en Plaza de Mayo con la lectura del documento consensuado en las voces de Estela de Carlotto, Taty Almeida y Adolfo Pérez Esquivel.
La dictadura se caracterizó por implementar un plan sistemático de terrorismo de Estado, que permaneció en el poder hasta 1983. El golpe fue planificado y ejecutado en el marco del Plan Cóndor, un sistema clandestino de coordinación represiva entre países latinoamericanos que fue promovido por varios gobiernos de Estados Unidos,
Efectos psicosociales de la desaparición
La desaparición forzada es considerada una catástrofe para la identidad y el lenguaje moderno, ya que produce un desajuste permanente entre las palabras y las cosas, convirtiendo a este desajuste en estructura, haciendo de la ambivalencia un valor y de la anomia la norma.
El duelo por un cuerpo desaparecido se convierte en un conflicto político cuando ciertas vidas no son reconocidas como dignas de ser lloradas. La ausencia del cuerpo impone límites a la práctica reparadora del duelo ya la exigencia de justicia.