Según un análisis del ITBA la exposición prolongada al arsénico, puede causar intoxicación crónica cuando se consume durante largos períodos. Este fenómeno existe en el 70 por ciento de la provincia de Buenos Aires.
El arsénico, aunque natural en la corteza terrestre, se ha convertido en una preocupación latente en Argentina debido a su presencia en el agua que consumen millones de personas.
El arsénico es un contaminante natural que se encuentra en el agua subterránea.
Obedece a fenómenos que se produjeron hace millones de años cuando se levantó la estructura de lo que hoy conocemos como la Cordillera de los Andes.
Este elemento tóxico que ha ingresado al agua mediante procesos naturales como la disolución de rocas y minerales, o por actividades humanas como la minería, la agricultura y la industria.
Consumir agua con niveles elevados de arsénico durante largos períodos puede derivar en graves problemas de salud.
Más de cuatro millones de habitantes podrían estar expuestos a niveles de arsénico que superan los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud.
Entre los más alarmantes están el cáncer de piel, vejiga y pulmón, enfermedades cardiovasculares y daños en órganos como los riñones. Esta problemática incluso tiene nombre: Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE).
Mapa de Arsénico, herramienta para monitorear y visualizar la presencia de arsénico en el agua a lo largo del país.
Particularmente lo que es el corredor de la ruta 5, como son las localidades de 9 de julio, Bragado, Carlos Casares y Trenque Lauquen, y también zonas aledañas a Mar del Plata.
Argentina enfrenta un desafío geográfico importante, con zonas particularmente afectadas como el sur de Córdoba y Santa Fe, gran parte de la provincia de Buenos Aires, La Pampa, Mendoza y varias provincias del norte.
Existen suelos ricos en arsénico o con antecedentes de actividad humana intensiva, como el uso de pesticidas o prácticas industriales, presentan niveles más altos de este contaminante.
Mapa de riesgo:
El mapa utiliza una escala de colores para representar los distintos niveles de concentración de arsénico en el agua. Las zonas marcadas en verde corresponden a muestras que no superan el límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece un máximo de 10 microgramos de arsénico por litro de agua, equivalentes a diez partes por billón (PPB). Las áreas en amarillo indican concentraciones entre 10 y 50 PPB, mientras que las regiones en rojo superan los 50 PPB.
Este mapa publicado https://mapa-de-arsenico.web.app/ no solo identifica las áreas más afectadas, sino que también impulsa la toma de decisiones informadas y el desarrollo de estrategias para mitigar el impacto del arsénico en la salud pública.
El propósito principal del monitoreo es concientizar a la población sobre los riesgos asociados al consumo de agua contaminada y promover estrategias de prevención. Además, busca proporcionar información clave para que los gobiernos nacionales, provinciales y municipales puedan implementar acciones de potabilización en las áreas afectadas.